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BUSCAN FORTALECER UN CAMPO MEXICANO MÁS AMIGABLE CON EL MEDIOAMBIENTE

La bioeconomía ofrece diversas alternativas para enfrentar los desafíos económicos, sociales y ambientales que impactan al sector agroalimentario.

Ciudad de México, 15 de noviembre de 2022. – México construye una estrategia sectorial de bioeconomía en la agricultura, con el objetivo de ofrecer al mercado productos agroalimentarios bajo principios de sustentabilidad, valor agregado y desarrollo social y económico, con énfasis en el cuidado del ambiente, informó la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.

Esta estrategia permitirá trabajar en unidad con las principales instituciones y organismos nacionales e internacionales de ciencia y tecnología y acompañar el desarrollo de prácticas sustentables en el sector primario, resaltó el encargado de la Coordinación General de Agricultura, Santiago Argüello Campos.

Comentó que países de Europa ya cuentan con estrategias basadas en bioeconomía, mientras que en Estados Unidos se aplica un esquema para la industrialización de biomasa (materia orgánica utilizada como fuente energética) y naciones como Sudáfrica, Malasia y Tailandia ya proyectan la transición a este modelo.

En México, entidades como Nuevo León, Guanajuato, Querétaro, Quintana Roo, Jalisco y Ciudad de México comienzan a formular políticas públicas encaminadas al uso sustentable de los recursos naturales, manejo de desechos y circularidad de residuos.

De acuerdo con el investigador del Colegio de Postgraduados (Colpos), José de Jesús Brambila Paz, la bioeconomía es la transición a una economía basada en el conocimiento de la biología, hacia entornos más sustentables, sin deteriorar recursos ni dejar de producir lo que se consume.

Se basa en tres principios: eliminar residuos y contaminación, circular productos y materiales, además de regenerar la naturaleza y busca elevar la productividad de los recursos naturales, con énfasis en la conservación y regeneración de los mismos.

La secretaria ejecutiva de la Red Innovagro del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Martha Escalante Escoffié, dijo que, por ejemplo, impulsan el proyecto Biopasos, el cual promueve la biodiversidad con prácticas agrosilvopastoriles en zonas de Campeche, Chiapas y Jalisco.

Detalló que han trabajado con más de mil 230 productores de 20 municipios de los tres estados, mismos que han modificado sus prácticas productivas, han compartido sus conocimientos y mejorado sus condiciones de vida.

A través del esquema se busca garantizar la seguridad alimentaria, gestionar los recursos de forma sostenible, reducir la dependencia de recursos no renovables, mitigar y adaptarse al cambio climático, crear empleos, mantener la competitividad y generar nuevas cadenas de valor, anotó.

Este proyecto está conformado por Agricultura, la Comisión Nacional para el Uso y Conservación de la Biodiversidad (Conabio), el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) y el Ministerio Federal del Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza y Seguridad Nuclear del Gobierno de Alemania.

La experta del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Cristina Cortinas, indicó que la atención no debe centrarse sólo en los productores, sino ampliarse más a las comunidades ubicadas en zonas rurales y costeras.

El coordinador de la iniciativa BIOFIN del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Alonso Martínez Caballero, señaló que uno de los retos que enfrenta la bioeconomía circular en el país es generar productos financieros específicos y contextualizados para las diferentes actividades que forman parte de la cadena productiva del sector.

Subrayó que a nivel internacional se trabaja en consolidar una visión de proyecto, pues se requiere generar agroempresas, agronegocios o negocios de la biodiversidad, en donde quede claro que lo que se comercializa no es la biodiversidad, sino los servicios asociados a ésta.

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